K. Cronick
Václav Havel fue un escritor checoslovaco que también fue el
último presidente de Checoslovaquia y el primer presidente de la República
Checa. Fue activista durante los años de control soviético y pasó por numerosos
encarcelamientos por estas actividades.
Me gustaría volver a aplicar algunos de los principios que
desarrolló en su libro, El poder de los Sin Poder, que escribió para relatar el
despertar de los ciudadanos en el antiguo satélite soviético. En este caso me
gustaría reflexionar sobre la situación de muchos de los seguidores de Donald
Trump.
Havel describe un sistema que él llama
"post-totalitario" en el que el poder físico y represivo del sistema
soviético se ha suavizado en la segunda mitad del siglo XX. La ideología, en
este caso los últimos vestigios de la doctrina comunista, ha logrado un poder
de cohesión suficiente para mantener a una población sumisa. Dice: "El
sistema post-totalitario exige monolitismo... El objetivo intrínseco del
sistema post-totalitario no es, como podría parecer a primera vista, la pura y
simple preservación del poder en manos del grupo dominante". Havel habla de
una "ideología -como 'puente-coartada' entre el sistema y el hombre– [que]
llena el abismo entre los planes del sistema y los planes de la vida individual
de las personas" (p. 12).
En este sistema se crea una "falsa vida" que
justifica a sus seguidores como miembros del grupo y les garantiza una posición
en él. El individuo no tiene que creer en todos los dogmas, pero debe actuar
como si lo hiciera. Muchos sí lo creen, y si es necesario, lo defenderán,
aunque la evidencia que proviene de su "vida real" no lo respalde. Es
el precio que pagan por pertenecer.
La pertenencia es muy importante. Es quizás más importante
que la autenticidad, porque el grupo es el lugar donde viven los seres
queridos. La casa, la escuela de los hijos y, muchas veces, los ingresos
dependen de ello. Parece extraño decir esto, pero en el fondo, la sumisión
ideológica puede ser un acto de amor. Solo se le puede impugnar cuando el
precio del cumplimiento se vuelve demasiado alto.
Por lo tanto, uno puede ignorar la incoherencia y las
mentiras de Trump porque su grupo de identidad lo requiere. Es posible
equiparar la propia religión y la política, en primer lugar, porque uno está
acostumbrado a "ser instruido" sobre el dogma, y en segundo lugar,
porque de lo contrario se enfrenta al ostracismo.
La forma de abrir las puertas para que estos seguidores
puedan ver la “vida real” a través de la luz de la experiencia, no es seguir señalando
las mentiras. Debe ser posible ver la verdad y seguir amando a la familia, a
los amigos y a la vida. Esto solo puede
lograrse mediante el apoyo y la comprensión de la dinámica de la ideología
forzada.
Referencia: Vácklav Havel (1978/ 26/12/14). El Poder
de los sin poder. Traducción: Vicente Martín Pindado. www.lectulandia.com.
https://ww3.lectulandia.com/book/el-poder-de-los-sin-poder/
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