jueves, 22 de abril de 2010

Jennifer Carolina




on claras alusiones al novelista venezolano Miguel Otero Silva, quiero invocar a los tres Victorinos de su novela “Cuando quiero llorar no lloro”. Pero en mis reflexiones de hoy, se trata de dos mujeres: las tocayas se llaman Jenifer (o Jennifer) Carolina y las vidas de ambas involucraron el asesinato en el mes de abril, 2010. Cito a continuación dos notas de prensa.

1. “Jenifer Carolina Villasmil de 18 años, asesinó a golpes a un bebé de cuatro meses, quien era su hermanastro. Al parecer, el móvil del hecho sería por motivos pasionales porque la muchacha tenía una relación amorosa con el padrastro.

“El niño fue identificado como Carlos Eduardo Méndez Pérez, hijo de Fredy Méndez, de 30 años. Su madre biológica era Joselín Pérez, pero como ésta tenía problemas de conducta se lo dio a su pareja para que lo criara.”

2. “El campeón mundial de boxeo Edwin "Inca" Valero fue detenido esta madrugada por efectivos de la Policía del estado Carabobo, luego que él mismo confesara que asesinó a su esposa, [Jennifer] Carolina Viera de Valero , de 24 años de edad.”

Después de este segundo comunicado de prensa salieron otros que informaron que el autor de la muerte de la segunda Jennifer Carolina se suicidó en su celda luego de ser detenido.

He recibido varias comunicaciones urgiéndome a participar en una protesta contra vulnerabilidad sistemática de las mujeres, ahora plasmada en la falta de protección que sufrió la segunda Jennifer Carolina, y estoy bien consciente que vivimos en una cultura machista donde la protección para la mujer casi no existe. Justificadamente las mujeres exigimos “casas seguras” y otras formas de resguardo frente a las agresiones masculinas.

Pero creo que sea contra-productivo enfocar nuestras preocupaciones contra los llamados “femicidios” de estas sociedades dominadas por lo masculino. El problema es profundo y no pretendo si quiera intentar nombrar sus diferentes aspectos. En general tiene que ver con la incapacidad de manejar la agresión y el fracaso en resguardar a los vulnerables.

La primera Jenifer también carecía de protección: era víctima de su padrasto y evidentemente nadie le ayudó a contener sus sentimientos. Pero en este caso ella misma es la asesina. Nadie sale a protestar su desamparo.

De igual forma el campeón de boxeo que ultimó a la segunda Jennifer era indefenso contra sus propias emociones: se terminó quitando su propia vida.

Son tramas Shakespeareanos (Otelo). Tragedias griegas (Medea). No son causas políticos, excepto en el grado que pudiesen conducir a mayor amparo para todo el mundo, hombres y mujeres. Si diez porciento de las víctimas somos mujeres (como proclama uno de los comunicados que recibí), 90 % son hombres.

Deberíamos estar en las escuelas y las calles enseñando tolerancia, manejo de agresión, inclusión y derechos humanos. Deberíamos reformar drásticamente a las cárceles. Deberíamos reconsiderar nuestras políticas con respecto a las drogas ilegales. Entonces y sólo entonces podemos indignarnos frente a las tragedias ajenas.

Referencias

1. J. Luengo / D. Mató al hermanastro de 4 meses de nacido. Panorama.com.ve, Actualizado el 7 de abril de 2010. Accesible en: http://www.panorama.com.ve/08-04-2010/627912.html

2. Detienen a boxeador "Inca" Valero por asesinato de su esposa. El Universal. Accesible en http://www.eluniversal.com/2010/04/18/ccs_ava_detienen-a-boxeador_18A3760251.shtml

3. Letra ornata: http://retrokat.com/medieval/leil.htm

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