lunes, 3 de septiembre de 2012

Esta es mi traducción de una declaración de Desmonde Tutu que apareció en "The Guardian"


¿Por qué yo no tenía más remedio que desdeñar a Tony Blair?
Por Desmond Tutu,
Guardian del Reino Unido
03 de septiembre 12
 

 
No podía sentarme [a conversar] con alguien que justificó la invasión de Irak con una mentira.
La inmoralidad de la decisión de los Estados Unidos y Gran Bretaña de invadir Irak en 2003, basada en la mentira de que Irak tuviera armas de destrucción masiva, ha desestabilizado y polarizado al mundo en mayor medida que cualquier otro conflicto en la historia.

En lugar de reconocer que el mundo en que vivíamos, que poseía sistemas de comunicación,  transporte y armamento cada vez más sofisticados, necesitaba de un liderazgo que unificara a la familia global, los líderes de este entonces de los EE.UU. y del Reino Unido fabricaron motivos para comportarse como peleones en el patio de recreo, y separarnos aún más. Ellos nos han llevado al borde de un precipicio, donde estamos ahora - con el fantasma de Siria e Irán ante nosotros.
Si los líderes pueden mentir, entonces, ¿quién debe decir la verdad? Días antes de que George W. Bush y Tony Blair ordenaron la invasión de Irak, llamé a la Casa Blanca y hablé con Condoleezza Rice, quien era entonces consejera de seguridad nacional, para pedirle que diera más tiempo los inspectores de armamento de las Naciones Unidas para confirmar o negar la existencia de las armas de destrucción masiva en Irak. Argumenté que si podrían encontrar tal armamento, el desmantelamiento de la amenaza contaría con el apoyo de prácticamente todo el mundo. Rice objetó, diciendo que había demasiado riesgo y el presidente no podía posponer [la invasión de Irak] por más tiempo.

¿Sobre qué bases podemos decidir que Robert Mugabe debe ir a la Corte Penal Internacional, que Tony Blair debe unirse circuito de los oradores internacionales, que Bin Laden debe ser asesinado, pero que sea necesario invadir Irak -no porque posera armas de destrucción masiva, sino con el fin de deshacerse de Saddam Hussein- como confesó  Tony Blair la semana pasada, quien en este entonces era el apoyo principal el señor Bush?
El costo de la decisión de librar a Irak de su verdaderamente despótico y sanguinario líder ha sido asombroso, comenzando en el propio Iraq. El año pasado, un promedio de 6,5 personas murieron allí cada día en ataques suicidas y coches bomba, de acuerdo con el proyecto Body Count iraquí. Más de 110.000 iraquíes han muerto en el conflicto desde 2003 y millones de personas han sido desplazadas. A finales del año pasado, cerca de 4.500 soldados estadounidenses han muerto, y han quedado heridos a más de 32.000.

Por este único motivo, en un mundo coherente, los responsables de este sufrimiento y la pérdida de la vida deben estar pisando el mismo camino que caminaron algunos de sus pares africanos y asiáticos que se han tenido que responder por sus acciones en la Haya.
Pero incluso más allá de los costos de los campos de matanza, hay costos mayores para los endurecidos corazones y mentes de los miembros de la familia humana en todo el mundo.

¿Ha disminuido posibilidad de ataques terroristas? ¿En qué medida hemos logrado acercar los llamados mundos musulmanes y judío-cristiana, y sembrar la semilla de la comprensión y la esperanza?
El liderazgo y la moralidad son indivisibles. Los buenos líderes son los custodios de la moral. La pregunta no es si Saddam Hussein era bueno o malo o cuántos masacró en su pueblo. El punto es que el Sr. Bush y el Sr. Blair no deberían haberse permitido a rebajarse a su nivel de inmoralidad.

Si es aceptable para los líderes a tomar medidas drásticas sobre la base de una mentira, sin siquiera reconocerla o disculparse cuando se descubrió su falsedad, ¿qué debemos enseñar a nuestros hijos?
Mí llamado al señor Blair no es reunirnos para hablar de liderazgo, pero que la demuestre. Usted es un miembro de nuestra familia, la familia de Dios. Se te creó para la bondad, la honestidad, la moralidad, el amor, y del mismo modo fueron creados nuestros hermanos y hermanas en Irak, en los EE.UU., en Siria, en Israel e Irán.

Yo no lo estimé oportuno para tener esta discusión en el Discovery Invest Leadership Summit en Johannesburgo la semana pasada. A medida que la fecha se acercaba, me sentía acada vez más un profundo malestar sobre mi asistencia a una cumbre sobre "liderazgo" con el Sr. Blair. Extiendo mis más humildes y sinceras disculpas a Discovery, a los organizadores de la cumbre, a los oradores y a los delegados por la tardanza de mi decisión de no asistir.
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